Con motivo de la celebración de San Jorge el 23 de abril, santo patrón de Inglaterra, queremos compartir esta festividad con los ingleses haciendo un recordatorio de la gran influencia que han tenido en Gran Canaria.

La presencia de ingleses en Gran Canaria se remonta al siglo XVI, cuando se se afincaron en las Islas atraídos por el comercio de exportación de la caña de azúcar y de los apreciados vinos de Canarias, iniciando el tráfico mercantil del vino sack o canary. Esto generó un notable intercambio mercantil con Inglaterra en los siglos XVII y XVIII. Con la crisis del mercado vinícola muchos ingleses abandonaron las islas, debilitándose su presencia a lo largo del XVIII por la censura de la Inquisición, que pretendía limitar el comercio y evitar la influencia de la civilización europea en el país. 

En el siglo XIX se recuperan las relaciones con la exportación de la cochinilla de las Islas (como materia prima de diversos tintes), que tuvo su principal receptor en el mercado londinense. Este fue un periodo relativamente corto, de una duración aproximada de medio siglo, cuyo final casi coincidió con el comienzo del establecimiento mercantil británico en Las Palmas.

En 1852, la concesión de la franquicia para los puertos isleños, gracias a los esfuerzos del ministro grancanario León y Castillo, supone el inicio de un proceso en cadena: con la construcción de los puertos, numerosas compañías británicas establecen sus estaciones carboneras en Las Palmas. El capital inglés monopolizó todas las actividades portuarias: suministro de carbón, varaderos, pequeños astilleros, consignatarias. Y pronto esas mismas compañías pasarían a controlar otros sectores económicos como las operaciones bancarias, los seguros, el turismo y la exportación de productos agrícolas, promoviendo el transporte de viajeros ingleses en esos mismos barcos en los que exportaban los productos agrícolas a Inglaterra. Estamos hablando, principalmente, del plátano y del tomate. Grandes empresas inglesas se encargaron durante décadas de enviar la fruta canaria hasta Londres y de ahí extenderla por todo Reino Unido.

 

Lugares en Gran Canaria donde contemplar la influencia inglesa

  • Real Club de Golf de Las Palmas 

Es el club de golf más antiguo de España. Fue fundado el 17 de diciembre de 1891, cuando un grupo de británicos aficionados al golf afincados en Gran Canaria, celebraron una reunión en el lugar llamado “El Lomo del Polvo”, hoy “Altavista” y “Escaleritas” dando origen a “Las Palmas Golf Club”. En 1957 el campo sería trasladado a la ubicación actual, lo que se conocía como Los Llanos de Bandama, en el municipio de Santa Brígida, convirtiéndose en lo que hoy es en Bandama el “Real Club de Golf de Las Palmas”.

El campo consta de 18 hoyos par 71, un tee de prácticas, dos putting green, 1 pitching, una elegante casa Club con todas las dotaciones desde donde se contemplan la mitad de sus hoyos, una tienda, gimnasio, bar-restaurante abierto todo el año, alquiler de palos, una sección hípica con 50 cuadras y 5 picaderos y una sección de tenis con dos canchas. Cuenta entre otros muchos trofeos con la copa Palmer, el trofeo deportivo más antiguo de la geografía española.

  • British Club Las Palmas

El 2 de octubre de 1908 un grupo de 36 ingleses se reunieron con el propósito de fundar un club social en las oficinas de la Grand Canary Coaling Company donde acordaron hacer las necesarias aportaciones para el arranque del proyecto, cuya primera sede sería el hotel Rayo, cerca del parque Santa Catalina. Se pretendía que fuese un club social, y uno de los principales atractivos de la ciudad para todos los británicos residentes, los visitantes y los capitanes de los vapores que llegasen a Las Palmas.

Se encuentra en la calle León y Castillo en una propiedad conocida como la casa Brown. En el centro de la ciudad y con aparcamiento propio, pueden disponer los socios de un lugar tranquilo y acogedor para quedar con los amigos, sus reuniones de trabajo, o simplemente, para hacer un alto en el camino y leer tranquilamente el periódico.

  • Holy Trinity Church

La Holy Trinity Church está ubicada en la calle Rafael Ramírez, en Ciudad Jardín y su historia empieza en 1887 cuando, tras la reunión mantenida por el Vicecónsul Swanston con los británicos residentes, a petición del Obispo de Sierra Leona, se decide construir una iglesia y la adquisición de un nuevo cementerio. Dos años más tarde se busca un solar para la edificación y en 1891 se firma la escritura de compra.

  • Real Club de Tenis Gran Canaria

Su historia comienza a finales del siglo XIX entre 1895-96, cuando unos entusiastas ingleses residentes en la Isla decidieron construir Las Palmas Lawn Tennis Club para poder practicar el deporte de moda en aquellos momentos en las capas altas de la sociedad, que había patentado 22 años antes el británico Walter Clopton Wingfied. Inicialmente se encontraba situado frente al hotel Metropole, actuales oficinas municipales, y luego fue trasladado a las actuales instalaciones en la calle Bethoven, localizadas en el entorno del Hotel Santa Catalina.

El club de tenis cuenta con 4 pistas de tenis, 1 pista de padel, 1 gimnasio y 1 cafetería.

  • Casa Leackock

Casa colonial inglesa de finales del s. XIX. Su nombre, proviene del ingeniero inglés David J. Leacock, popularmente conocido como Mr. Leacock, considerado el primer exportador de plátanos de Canarias, especialmente en los municipios de Guía, Galdar, Agaete y la Aldea.

Se encuentra ubicada en la calle Fernando Guanarteme 225, al lado del campo de Golf Las Palmeras con vistas hacia la Playa de Las Canteras. Ofrece, por medio de sus espectaculares espacios al aire libre ajardinados rodeados de palmeras y frondosa vegetación, un marco incomparable para la celebración de cualquier tipo de evento tanto a nivel social como empresarial.

  • Cementerio Inglés de Las Palmas de Gran Canaria

En 1834 una Real Orden concedía la autorización para construir dicho recinto que, por intervención del Ayuntamiento capitalino, se realizaría en unos terrenos situados a las afueras de la ciudad, en la ladera de unos terrenos situados en lo que hoy en día es el barrio de San José. En 2010, tras décadas de abandono, el Gobierno de Canarias declara al cementerio como Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Monumento. Tras ello se procedió a una rehabilitación que le devolvió la belleza que tuvo antaño.